En el año 1993 a punto de terminar las obras de remodelación de la Iglesia de Santa Eulalia (Hoy Basílica), resulta totalmente imposible, atendiendo a los condicionantes arqueológicos, no ya recuperar el antiguo espacio ocupado dentro de la Iglesia ahora destinado a uso cultural, sino siquiera contar con algún otro dentro de la casa parroquial, convertida en sacristía, o en la antigua sacristía, ahora transformada en museo.

Si a esto se suma la imposibilidad de edificar en el huerto, se entenderá el angustioso problema que pesaba sobre la Cofradía, incapaz de ver una solución cercana a tan precaria situación, agravada además por los requerimientos de los particulares en cuyas casas están alojados los útiles para su desalojo.

Pero como esta cofradía siempre se ha crecido en las dificultades, el Hermano Mayor, D. Andrés Casco Rodríguez, al fente de su Junta de Gobierno, elabora un amplio proyecto de actividades, cuyo fin primordial será la adquisición de un local digno donde guardar todos lo enseres, y que al mismo tiempo sirva de Sede Social y «Casa de la Cofradía».

A este fin, se mantienen reuniones con las autoridades esclesiásticas para exponer el problema, mostrándose altamente receptivas al proyecto, apoyando, como paso previo, la obtención del Número de Identidad Religiosa, otorgado por la Dirección General de Asuntos Religiosos, dependiente del Ministerio de Justicia, que permitirá a la Cofradía libertad de acción e independencia económica para sus asuntos financieros, siempre siguiendo las directrices marcadas por la Diócesis.

Con este proyecto explícito de las autoridades religiosas, se inicia una campaña de recogida de fondos para el proyecto, que austero, se elevará inevitablemente a varios millones de pesetas. En ésta, resultará abanderada la Asociación de Caballeros Costaleros de Nuestra Señora del Mayor Dolor, seguida de todas la demás asociaciones, que colaboraron gustosas en cuantas actividades se programaron, siendo las más recordadas una multitudinaria fiesta benéfica, organizada en la discoteta D.T., gracias a la generosa cesión del local por D. Emilio Capetillo, que recordaba en su ambiente de sana alegría las veladas musicales organizadas por el equipo de D. José Molina, en los comienzos de los años cincuenta.

Junta a ésta, otra actividad que tuvo gran éxito, no sólo económico, sino por el ambiente de animación y camaradería, fué la instalación de una «Caseta Cofradiera» en el Real de la Feria, como ya lo hiciera anteriormente la Asociación de Portadores del Santísimo Cristo de los Remedios. 

Estas actividades, junto a otras menores y donaciones anónimas, permitió la Junta de Gobierno contar con un remanente de capital que le permitiera iniciar los trámites para la difícil búsqueda de suelo urbanizable que por fin se encontró en la Barriada de San Juan.

El inicio de las obras se concretó en junio de ese mismo año, con el replanteo del terreno por pate del Aparejador D. José Pérez Garrido, Supervisor Técnico del Proyecto, que contó con el seguimiento de nuestro experimentado amigo D. Andrés González Pérez, auténtico padre de la criatura, que dió por finalizada la misma en el mes de noviembre del mismo año.

La inaguración de la sede, el domingo 19 de diciembre, presidida por el Ilmo. Sr. Alcalde Presidente del Excmo. Ayuntamiento de Mérida, D. Antonio Vélez Sánchez y los vicarios del Obispado D. Amadeo Rodríguez y D. Sebastián González, que presidieron a su bendición, después en le eucaristía celebrada en la Iglesia de San Juan.

Fue un día rebosante de satisfacción para todos. Desde 1928, o sea, desde hacía sesenta y cinco años, la cofradía no había tenido un lugar propio, supliendo sus carencias gracias a la Parroquia de Santa Eulalia. Pero, el aumento progresivo en el número y calidad de sus enseres, y las necesarias obras de remodelación de la Parroquia, convietieron la situación de precaria en insostenible y obligaron a la dispersión del patrimonio en domicilios particulares, a los que nunca podrá agradecerseles suficientemente su generosidad y pacienda.

Puestos en situación, la Junta de Gobierno decidió abordar de una vez por todas este problema, avalando incluso personalmente con su patrimonio los préstamos necesarios con el resultado de una espaciosa nave de moderna construcción y cuidada factura, con una superficie útil de ciento sesenta metros cuadrados, más una entreplanta de cuarenta y una pequeña oficina de veinte metros.

La elección del lugar, en el que no sólo primaron móviles económicos, permite además poner a la Cofradía su grano de arena a cuantas actividades puedan promover la Parroquia de San Juan, a cuyo disposición está puesto enteramente el local.

Fueron muchas personas y empresas que colaboraron desinteresadamente en ver hecho realidad este sueño, entre ellas habría que resaltar a: Elexsa, Talleres Pérez, Construcciones Jesús Hernández, Terrazos Villa, Fontanería Sansinena, Artes Gráficas Boysu, Transportes Castelló, Hormigusa, La Casera y también el Excelentísimo Ayuntamiento, a través de su Concejalía de Urbanismo y Patrimonio, y el Patronato de la Ciudad Monumental de Mérida, que no ahorraron facilidades para la realización de la obra.

Denominación

Sede Social de la Cofradía Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santísimo Cristo de los Remedios y Nuestra Señora del Mayor Dolor.

Ubicación

Calle Carboneros nº 22
06800-Mérida

Está inscrita en el Registro de la Propiedad de Mérida con el número Ref. catastral: 112810QD31112N0001KJ.